:Un minuto de reflexión:


Alguna vez en una clase alguien hablaba sobre los planes que nos gustaría hacer, y este tema fue contagioso porque todos empezamos a hacer lo mismo. Muchas de las personas que allí hablaron lo hicieron sobre dinero, sobre propiedades, sobre sitios a visitar y sobre muchas cosas más, entre otras, carrera profesional, aprendizajes, vocaciones, sueños, ilusiones (que no son iguales), fantasías, vacaciones, amigos, intereses, estudios, música y algún otro tema más que no recuerdo.

Yo hablé sobre muchas cosas, pero como tengo la facilidad de perderme en temas, y mucho más cuando estoy hablando, pues en este momento no recuerdo acerca de lo que pude llegar a decir aquella vez. Es más, no recuerdo lo que contó la otra gente, y fueron tantas las historias, los planes, y todo lo que se comentó, que en retrospectiva me asombro de mi incapacidad de atención y retención en la información, o lo mal escucha que puedo llegar a ser en determinadas ocasiones. El único plan que recuerdo fue el de una señorita que sonrojada nos contó algo distinto.

Mientras los demás hablábamos de tantas cosas ella dijo que lo único que quería hacer era ir al desierto. Que no le importaba nada más que estar en un sitio donde el silencio reinara y donde pudiera estar con una persona amada, que debía ser muy romántico estar en medio de tierra árida, contemplando todo y compartiendo eso con alguien que verdaderamente valiera la pena. Aquello fue tan enternecedor que por un momento todos hicimos chistes a su romántico plan, pero ahora me doy cuenta de que ella fue la única persona que habló, como plan, el compartir un momento especial con alguien, y lo más hermoso es que ella compartió su plan ideal con nosotros.

Con esta mujer fui muy amigo y me pareció una de las personas más dulces sobre el planeta, y siempre me pregunté si había logrado encontrar a ese ser con quien ella quería vivir su momento en un desierto. Pero si miro en contexto ella venía de la sobrepoblada isla de Japón, y hoy más que nunca me pregunto: ¿Habrá vivido y compartido este sueño que hoy tengo oportunidad de compartir con ustedes?

Estas palabras son para recordarla a ella, que no sé cómo esté, y también para recordar toda la fortaleza del pueblo japonés que en este momento, y de nuevo, se está levantando como el gran ejemplo que son.

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