Resumen de un viaje a Australia II


En mi pasada publicación de Metafísica Publicitaria El Blog hablé sobre un punto de vista acerca de la difícil vida en una sociedad altamente industrializada, y por ende, competitiva.
Debido a algunas respuestas recibidas y muchas otras argumentaciones escuchadas, es menester comentar el otro lado de mi punto de vista, por ello de que algunas veces puedo llegar a sonar desmotivador y más aun, injusto a la hora de emitir mis ideas, conceptos, argumentos, argucias u opiniones.

Un gran amigo me comentó alguna vez que para tener un punto de vista global era necesario tener referentes globales. Cuando yo llegué a Australia aquel amigo fue mucho más enfático en su previa recomendación. Al momento de tener problemas para conseguir un empleo yo vivía con ciudadanos colombianos y debo decir que las respuestas que ellos proporcionaban a mis dudas eran siempre las mismas, además porque hablar de algo distinto a visas, horas de trabajo y paga salarial con los mismos era todo un acontecimiento, ya que si no todos, muchos trabajaban bastantes horas al día, en veces sobrepasando lo que por regla migratoria estaba estipulado para todos los estudiantes extranjeros, veinte horas semanales, por lo que constantemente eran monotemáticos al hallarse todo el día en determinado empleo.

El consejo de la gran mayoría de mis compatriotas, sin demeritar su ánimo e impulso para con el coterráneo, era que yo debía buscar un empleo de limpiador de baños, debido a que es uno de los que más paga, o bien de limpiador de algo, pero ante todo limpiador (en inglés "cleaner"). Yo tengo el curioso defecto de hacer lo opuesto a lo que me dice la gente, y por ello empecé a buscar empleo en otros sectores. Fui a bibliotecas, a restaurantes, a sitios de venta de libros y a muchos otros establecimientos donde las hojas de vida de latinoamericanos no eran muy comunes.

Luego de un tiempo conseguí trabajo como vendedor de sánduches. Mis jefes eran peruanos, y la gran cantidad de empleados colombianos hacían a menudo del ambiente de trabajo un espacio no muy relajado, por aquello de que en nuestra idiosincracia colombiana se nos hace muy apegados al trabajito, muchas veces dando a este gran parte de nuestra vida y tranquilidad, fue por esto que me entendí mucho con los trabajadores coreanos y chinos que a la hora de trabajar eran mucho más sosegados y cordiales a la hora de pedir un favor. Con mis superiores tuve una serie de altercados por problemas de comunicación, y al final se mostraron descontentos con mi desempeño y por mutuo acuerdo decidimos poner fin a mi contrato de prestación de servicios.

Hasta aquí yo estaba sin ninguna oportunidad y la opción anteriormente referida por mis coterráneos (cleaner o limpiador) empezó a sonar atractiva y salvadora. Al momento de empezar de nuevo con mi búsqueda yo no había tenido en cuenta mi relación con algunas personas de India, que al escuchar de mi situación no dudaron en recomendarme en un restaurante vegetariano. En dicho sitio muchos de los comensales eran personas de hábitos muy saludables, y entre ellos uno pertenecía a una empresa que reciclaba bicicletas. Fue a este señor, y luego de llevar un tiempo trabajando y conociendo a las diversas personas de esta tendencia de lo saludable, a quien decidí ofrecerle un paquete de publicidad. Él se mostró interesadísimo, porque además en su compañía necesitaban un cambio de imagen y ya habían consultado a algunos diseñadores locales. Luego de hacer mi presentación de servicios en esta empresa aceptaron que yo les diseñase la imagen corporativa junto a una estrategia publicitaria. Luego de hacer esto me confiaron la realización su web site, hasta que al final me convertí en el web master de la alternativa empresa que ellos tenían.

Luego de haber perdido el miedo a compartir mis habilidades fue que mi mi tiempo de estancia "down under" llegó a su término, porque yo bien habría podido seguir con mi negocio, y más aún, encontrar un puesto en alguna de las agencias locales debido a que mis ideas, tan comunes para mí, allá resultaban atractivas y bastante profesionales para las pocas personas a las que tuve el gusto de entregar mi portafolio de servicios profesionales.

Por esto y para concluir debo decir que al ser latinoamericanos tenemos un punto de vista muy diferente al de los asiáticos, norteamericanos, australianos, etc, eso es obvio y a su vez es aquello lo que nos hace tan atractivos frente al mundo, mas sin embargo no quiere decir que tengamos el mejor enfoque, porque simple y llanamente es diferente. Algo que aprendí y apliqué en mi periplo fue el conocer gente de otras culturas, otros países, otros modus vivendi, que me enseñaron muchas cosas, y ante problemas que para mí eran complejos, ellos me brindaban respuestas y nuevas alternativas que al final lograban resultados eficazmente. Si el día de mañana alguno de ustedes tiene la oportunidad de salir del país, simplemente me resta transmitirle lo que me dijo mi amigo alguna vez: tenga en cuenta un punto de vista global, abra su mente ante las nuevas culturas, y si tiene oportunidad de interactuar con muchas personas de muchos países, hágalo, porque esto le traerá nuevos puntos de vista, nuevas zonas en su cerebro se iluminarán, y así, nuevas ideas y pensamientos llegarán a florecer su diversidad de pensamientos y de universo interior. Buen viaje.

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